Alianza Residuo Cero ha denunciado el grave descontrol en la gestión de los residuos durante la crisis sanitaria de la COVID-19, que se ha traducido en un descenso del reciclaje en las plantas de tratamiento y el aumento de las basuras destinadas a vertedero e incineración.
En un comunicado, este colectivo, formado por Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Rezero, Retorna y Surfrider Foundation Europe, explica que la suspensión de la separación manual de materiales en las plantas de triaje o clasificación para su posterior reciclado ha incrementado los residuos destinados a vertederos, que han tenido que ampliar su tamaño.
Máscaras quirúrgicas, guantes, equipo de protección, bolsas para cadáveres: la crisis de Covid-19 ha provocado una rápida expansión en la producción de productos plásticos que se necesitan con gobiernos que compiten por aumentar sus existencias y ciudadanos regulares que claman por su parte de suministros.
Presiones de la industria del plástico
Lamenta además los posibles retrasos en la transposición de las directivas europeas sobre residuos por presiones del sector petroquímico, en concreto sobre la Directiva de Plásticos de un Solo Uso, e insta al Gobierno español y a las autoridades europeas a no ceder ante las presiones de esta industria.
Alianza Residuo Cero reclama al Ejecutivo políticas valientes basadas en la reducción de los residuos y recuerda que la salida de esta crisis sólo será posible con medidas que sitúen el medio ambiente y a las personas en el centro de las políticas.
Advierte de que los plásticos de un solo uso en ningún caso son una solución ante la crisis del coronavirus, sino que están intrínsecamente relacionados con la crisis ambiental y climática, responsable de la situación sanitaria actual.
Añade que, según se desprende de diversos estudios, la COVID–19 puede permanecer durante tres días en las superficies plásticas, por lo que la única solución es mantener las medidas de higiene y desinfección aconsejadas por la Organización Mundial de la Salud.
De acuerdo con la BBC, la crisis del coronavirus ha provocado una producción masiva de equipos de protección personal (EPP) en todo el mundo a medida que los gobiernos se apresuran a acumular máscaras, guantes, viseras y batas. Además de proteger –relativamente– a las personas de la infección del COVID-19, el impacto inmediato es el plástico en las calles de todo el mundo.
La producción mundial de plástico se ha cuadruplicado en las últimas cuatro décadas, según un estudio de 2019, con sus autores advirtiendo que si esa tendencia continúa, la fabricación de plásticos representará el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050. Otros estudios han estimado que unos 8 millones de toneladas de basura plástica se filtran al océano anualmente, y la tasa empeora cada año.
Menos residuos
Alianza Residuo Cero reclama que se de prioridad a la reducción de residuos y los sistemas y envases reutilizables frente a las falsas soluciones de usar y tirar y anima a la ciudadanía a apostar por alimentos locales, frescos y saludables libres de plásticos o a llevar sus propios envases a los comercios, una garantía de seguridad frente a envoltorios que han pasado por toda la cadena de producción y consumo.
De acuerdo con Wired, además de que se produce más plástico, la industria del reciclaje también está sufriendo. “Dado que el plástico es petróleo, cuando los precios del petróleo caen, como lo han hecho en los últimos años, el plástico se vuelve más barato de fabricar. Esto corrompe la economía del reciclaje. Para ser financieramente factible, una operación de reciclaje debe generar más dinero del que cuesta recolectar los desechos y procesarlos. Si el petróleo, y por lo tanto el plástico, es barato para comenzar, y la crisis del coronavirus ha destruido completamente el precio del petróleo, no tiene sentido económico que una empresa procese y venda materiales reciclados si terminan siendo más caros que el plástico virgen que está haciendo otra empresa”.
Información tomada de: www.elespectador.com