Envigado fue el primero en bloquear fronteras y decretó pico y cédula distinto. Sabaneta (foto) se unió al cierre vial. FOTO JAIME PÉREZ
Por: Gustavo Ospina Zapata
En su primer día de aplicación del Plan Fronteras, las autoridades de Envigado, hasta la tarde de ayer, ya habían hecho devolver más de 700 vehículos que pretendían ingresar a la localidad sin justificación, lo que llenó al alcalde, Braulio Espinosa, de más razones para mantenerse firme en la medida y en seguir con un pico y cédula diferente al de la mayoría de municipios del área metropolitana.
En siete puntos ubicados en la Transversal Intermedia, la avenida Las Vegas, a la altura de Jumbo y Mayorca; en la carrera 43A, sectores La Frontera y límites con Sabaneta; en la Loma del Escobero y la calle 37 Sur, cerca al puente Simón Bolívar (límites con Itagüí), la alcaldía controló la salida y el ingreso de personas de otras localidades a su municipio, donde hasta ayer iban 27 casos positivos de covid-19, 23 de ellos importados.
“O sea que el 85 % de nuestros infectados se contagiaron afuera y eso me da razones para establecer este plan y un pico y cédula diferente”, dijo Espinosa. Agregó que así sus ciudadanos no van a salir a otros municipios, porque van a encontrar pico y cédulas diferentes.
Añadió que en los controles se hizo notable la cantidad de gente que, sin justificación, pretendía ingresar a Envigado: “personas que venían a una cita médica y ni la mostraban; y más casos así”, denunció.
En su vecino Sabaneta, el cierre de fronteras se empezó a aplicar ayer martes a las 7:00 a.m. El alcalde, Santiago Montoya, determinó que la única vía de salida y entrada es la avenida Las Vegas, donde se instaló un puesto de control acompañado con personal médico para tomar registros de temperatura y de síntomas a las personas que podrían ingresar (las cobijadas por las excepciones), “para que nadie se nos vaya a meter sin haber sido revisado antes”, indicó.
Hasta ayer, allí iban 10 pacientes contagiados, de los cuales ya se recuperaron cinco y hay 21 pruebas pendientes por certificar en laboratorios.
Sin embargo, en esta población sigue el mismo pico y cédula de otros siete municipios del Aburrá, a excepción de Envigado y Girardota, por lo cual sus ciudadanos pueden salir y solo hallarían impedimento en Envigado.
Santa Fe, caso complejo
A Santa Fe de Antioquia lo cruza la troncal a Urabá, una vía nacional de difícil control. El alcalde, Felipe Pardo, señaló que su municipio, desde el puente sobre el río Tonusco hasta la salida, tiene 8 kilómetros de vía con más de 20 ingresos. Y de la vía que comunica con Bolombolo, le tocan 20 kilómetros, con salida a cuatro vías secundarias y terciarias.
“Ese control no es fácil, me tocó contratar 12 guardas de tránsito más. Solo me enviaron de apoyo 12 policías y esto requiere más despliegue, necesito refuerzos”, advirtió.
Desde la cuarentena hasta ayer han devuelto 400 vehículos y se han impuesto 72 comparendos. El alcalde defendió la medida porque le ha permitido seguir sin infectados.
En Rionegro el alcalde Rodrigo Hernández, expresó que tiene seis puestos de control para restringir el ingreso.
“La medida ha sido efectiva, hemos impedido ingresar personas que pretendían hacerlo sin los permisos ni autorizaciones y ni tenían pico y cédula”, explicó sin dar una cifra de vehículos devueltos ni sancionados.
En Oriente las localidades no han unificado un pico y cédula común. Ayer estudiaban la posibilidad de habilitar una especie de ruta de la salud que pueda ingresar a los municipios para transportar personal médico .
Información tomada de: www.elcolombiano.com