POR NELSON MATTA COLORADO | PUBLICADO HACE 8 HORAS

Un fallecido, 193 familias damnificadas, 730 viviendas con afectaciones (tres totalmente destruidas), 22 acueductos con daños y 21 vías y puentes socavados, es el balance parcial que dejan las lluvias en Antioquia.

Así la manifestó a EL COLOMBIANO el director del Dapard, Jaime Gómez Zapata, y agregó que de las familias perjudicadas, 176 se han autoalbergado en otras residencias.

Sobre los sitios más golpeados, contó que Urabá ha padecido por las altas precipitaciones; a Yarumal le tocó el derrumbe más grave, donde estaba la única víctima fatal de este periodo; Amagá ha tenido inundaciones y movimientos en masa; mientras que en la frontera de Vegachí y Yalí hay 22 veredas incomunicadas por pérdida de banca.

Los hechos

La primera temporada de lluvias dejó un balance de 177 eventos, así: cuatro avenidas torrenciales (crecientes de quebradas que arrastran sedimentos y escombros), 37 inundaciones, 65 vendavales y 71 movimientos en masa, según el balance presentado el 11 de septiembre, cuando se realizó el Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres. Allí se definieron los parámetros para atender lo que se venía.

Las nuevas dificultades comenzaron ese mes, con un periodo que los expertos llamaron “de transición” a la segunda temporada de lluvias. A septiembre 23 ya se habían registrado 31 emergencias, según el Dapard: 16 movimientos en masa, ocho inundaciones, seis vendavales y una avenida torrencial.

Los aguaceros golpearon, durante dicha transición, a Titiribí, El Santuario, Toledo y Abejorral. La peor parte la llevaron Fredonia, donde un vendaval dejó 30 damnificados; Caicedo, donde el derrumbe dañó tres casas; San Roque, en el que las inundaciones causaron estragos en cuatro barrios y 24 veredas quedaron incomunicadas por deslizamientos; y Buriticá, que padeció una avenida torrencial que averió parcialmente la carretera hacia Tabacal, un puente peatonal y uno vehicular, y 15 viviendas.

Con ese panorama comenzó la segunda temporada, en octubre. El segundo día, el citado derrumbe taponó la vía que va del casco urbano de Yarumal al corregimiento El Cedeño. Una persona murió al quedar atrapada y el Dapard emitió una alerta preventiva para comunidades ribereñas de los ríos San Julián y Nechí, por represamiento del cauce.

Entre el 3 y el 5 de octubre hubo 10 emergencias por las lluvias, que golpearon a San Francisco, Concordia, Santa Fe de Antioquia, La Estrella, Zaragoza y Nechí. En el corregimiento Cuturú, de Caucasia, el río Nechí inundó 100 casas.

A Turbo lo azotó un vendaval, que dejó 80 familias perjudicadas por destechamientos y averías en sus viviendas, en el barrio La Lucila.

En el puente festivo del 10 al 12 hubo inundaciones en este municipio urabaense, que colapsaron el acueducto en el área urbana, recordó Juan Carlos Bello, director de Gestión del Riesgo Municipal. Se inundaron cientos de locales comerciales en el Centro y los barrios Santa Fe y Uber Quintero, con 30 damnificados.

También se anegaron dos barrios de Caucasia, dos veredas de Ebéjico quedaron aisladas por la creciente de la quebrada Juan Ramos y, en Uramita, una avenida torrencial afectó cinco viviendas.

Atención al problema

El director del Dapard dijo que la entidad ha entregado $500 millones en ayudas humanitarias, kits de aseo y de hogar, mercados, colchonetas, tejas y amarres para techos.

En maquinaria pesada y amarilla, la inversión ha sido de $1.000 millones, para intervenir quebradas, aumentar la capacidad hidráulica de los cauces y corregir las fallas derivadas de los deslizamientos.

Bello contó que su despacho inició una asesoría con los comerciantes turbeños, para “concientizarlos de que no pongan la mercancía en el suelo, sino en estantes alto, así la protegen de inundaciones”.

Agregó que “tenemos una campaña llamada la Amarratón, en la que entregamos a comerciantes y familias varios amarres para asegurar los techos, láminas de zinc y tejas”.

Esto se complementa con limpieza de cauces y quebradas, para evitar que la basura tapone el acueducto.

En cuanto a Yarumal, el alcalde Miguel Peláez Henao narró que 4.500 habitantes de Cedeño y las veredas vecinas del municipio de Campamento siguen incomunicados por el derrumbe. Tampoco han podido rescatar el cadáver.

Anunció que la próxima semana comenzará la remoción de la tierra para habilitar el paso, según sugerencias de una comisión de expertos.

Según el Ideam, la segunda temporada de lluvias irá hasta mediados de diciembre.


Tomado de: www.elcolombiano.com

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