Aunque se alistan para levantar el aislamiento mañana, en los denominados municipios no covid hay más prevención que ansiedad. Hasta el momento, son 90 los que tienen permiso del Ministerio del Interior para relajar las medidas de la cuarentena y, aunque lo ven como un respiro para la economía local, también toman precauciones.

El miércoles, en el programa diario del presidente Iván Duque, la ministra del Interior, Alicia Arango, explicó que 155 municipios habían solicitado el levantamiento del aislamiento preventivo obligatorio al no tener ningún caso confirmado de coronavirus. Luego de la solicitud, dicha cartera da el permiso siempre y cuando exista un claro protocolo de bioseguridad avalado por el Ministerio de Salud.

Durante el anuncio, la ministra mencionó nueve: Turbo (Antioquia), El Socorro (Santander), Cáqueza y Carmen de Carupa (Cundinamarca), Mocoa (Putumayo), San José (Guaviare), San José (Caldas), Montañita (Caquetá) y San Antero (Córdoba). También dijo que la apertura no será obligatoria.

Aunque desde el Ministerio aclararon que la lista de dónde se levantará el aislamiento aún no será pública, para darle tiempo a los mandatarios de socializar los protocolos, EL COLOMBIANO habló con los alcaldes de tres de los municipios mencionados por Arango.

La estrategia del acordeón

San Antero es un municipio con poco más de 23 mil habitantes, ubicado al norte de Córdoba, donde se han confirmado apenas 51 casos. En dicho territorio la principal actividad económica es el turismo. Por eso, su alcalde, Lormandy Martínez Durán, explica que es importante poder acogerse a la excepción del aislamiento preventivo obligatorio para recuperar la economía. “Queremos es reactivar la parte comercial para que la gente tenga la oportunidad de trabajar”, expresa Martínez.

A renglón seguido, el mandatario señala que esto no significa que las medidas se relajarán en el municipio y explica que se mantendrá el pico y cédula, así como el toque de queda entre las 8 p.m. y las 6 a.m. y las visitas casa por casa para hablar sobre la importancia de lavarse las manos y usar tapabocas.

Muy similar es la situación de San José, en Caldas. “Es muy importante para la economía y para los comerciantes y la gente que trabaja en los comercios. La gente viene muy golpeada”, dice el alcalde Cristian Camilo Alzate.

En esa línea, cuenta que se abrirán negocios como los de servicio de reparación y mantenimiento de vehículos, heladerías, librerías, ferreterías, comercialización de muebles y electrodomésticos, vestuario, salones de belleza, entre otros. Y agrega que funcionarán en tres horarios distintos y que en la noche estará prohibido que cualquiera abra, pues el toque de queda entre las 9 p.m. y las 5 a.m. se mantendrá.

Por su parte, el alcalde de Mocoa (Putumayo), Jhon Jairo Imbachi, afirma que en su municipio es una necesidad que se reactive, esto porque la cuarentena llegó en un municipio que aún no se recupera de la avalancha de 2017. “Hay muchísimas necesidades y era insostenible seguir con el municipio cerrado. De ahí la importancia de que se abra de manera adecuada y paulatina”, asevera Imbachi para resumir la situación.

Los tres alcaldes coinciden en algo: si se presenta un caso, inmediatamente volverán al aislamiento preventivo obligatorio. Un requisito que también fue dictado por el Ministerio de Interior al planear la estrategia.

El infectólogo Carlos Agudelo explica que esta medida se puede entender como la llamada estrategia del acordeón, que fue mencionada en un primer momento por el Gobierno, pero de la que no ha vuelto a hablar.

Explica que la medida consiste en que, si los casos no son muy altos, se relajan las restricciones de la cuarentena, al tiempo que se intensifica la vigilancia de la ocupación de las camas en los hospitales. Y en el momento en el que se llega a una cantidad de casos que roza con el límite de las capacidades, se aplica de nuevo el aislamiento.

Sin embargo, manifiesta una preocupación: “Lo que me preocupa de esa medida es que probablemente no es tan fácil de prever el aumento de los casos. Las infecciones que se produjeron pueden tardar hasta en 14 días en aparecer, entonces es difícil estimar en qué momento hacer el cierre”.

Así las cosas, los municipios se alistan para volver a funcionar –al menos parcialmente–, para tener una nueva normalidad, sin perder de vista que puede tratarse de un paréntesis en la lucha contra el coronavirus

Una de las preocupaciones de los alcaldes es que la red hospitalaria sí esté preparada para atender el virus. FOTO Esteban Vanegas

Información tomada de: www.elcolombiano.com

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